El femicidio de Luna Giardina y su madre, Mariel Zamudio, conmociona a Córdoba y al país. Las mujeres fueron halladas sin vida dentro de su casa en el barrio Villa Serrana, luego de que vecinos alertaran por detonaciones de arma de fuego. Por el doble crimen fue detenido Pablo Laurta, ex pareja de Luna, quien habría intentado huir junto a su hijo menor de edad.
A medida que avanza la investigación, surgen detalles estremecedores sobre los años de violencia que Luna padeció en Uruguay, donde Laurta la mantuvo en cautiverio durante meses, sometiéndola a abusos físicos y sexuales. Una vecina relató que la joven logró escapar tras un largo período de encierro, y que desde su regreso a Córdoba vivía con miedo permanente: “Ella no tenía vida. Casi no salía de la casa por miedo. Se le apareció varias veces”, contó.
El entorno cercano denunció reiteradamente el hostigamiento, pero el sistema de protección volvió a fallar. Según testimonios, la Policía fue alertada casi 12 horas antes de encontrar los cuerpos. En su denuncia previa en Uruguay, Luna había dejado constancia de las agresiones y del control absoluto que Laurta ejercía sobre ella, incluso durante el embarazo.
Mientras el acusado permanece detenido, la causa avanza con el testimonio de vecinos y la reconstrucción de las últimas horas de las víctimas. El caso reabre el debate sobre las fallas en los mecanismos de protección y la urgencia de reforzar la prevención de la violencia de género.