La salida se precipitó tras tensiones con el círculo de poder cercano a Milei. Aún no hay reemplazo confirmado.
Después de varios días de rumores y versiones cruzadas, finalmente se confirmó este miércoles por la noche la renuncia de Gerardo Werthein al cargo de ministro de Relaciones Exteriores de la Nación. La decisión fue comunicada formalmente al presidente Javier Milei, en medio de un creciente desgaste interno dentro del Gabinete y presiones que aceleraron su salida.
Según trascendió, la renuncia ya estaba acordada para después de las elecciones legislativas del domingo 26 de octubre, pero la situación se precipitó debido al malestar por el protagonismo de Santiago Caputo, asesor presidencial y figura clave en el núcleo duro libertario.
En el entorno del ahora exministro reconocen que la falta de respaldo público del propio Milei, sumada a la presión del aparato digital afín a Caputo, fueron factores decisivos. Werthein, quien esperaba un gesto político de contención, optó por adelantar su salida antes de los comicios, para evitar quedar expuesto en una interna que ya no controlaba.
El llamado “triángulo de hierro” conformado por Karina Milei, Santiago Caputo y el propio presidente, se consolida como el verdadero centro de poder dentro del Gobierno, y su peso se hace sentir en la dinámica del Gabinete.
Hasta el momento, no se informó quién ocupará el cargo de canciller, lo que deja vacante una posición estratégica en el Palacio San Martín, en un contexto de alta sensibilidad tanto en la política interna como en las relaciones internacionales.
Werthein, empresario y exembajador argentino en Estados Unidos durante el gobierno de Alberto Fernández, había asumido la Cancillería en marzo de 2025 como parte de un intento de Milei por reforzar el vínculo con organismos internacionales y el mercado norteamericano.
Su salida representa una nueva señal de inestabilidad dentro del equipo presidencial, y suma un capítulo más a las fricciones internas que sacuden al Gobierno en vísperas de una elección clave.