El ministro de Economía, Luis Caputo, ratificó que no habrá cambios en el plan económico después de las elecciones legislativas y aseguró estar “más que cómodo” con un dólar a $1.500. Reafirmó además las bandas cambiarias actuales y descartó modificaciones en el equipo económico, en medio de un escenario de fuerte retracción del consumo interno.

Mientras el titular del Palacio de Hacienda destacó la “fortaleza del modelo” y el apoyo financiero de Estados Unidos, los indicadores del mercado interno muestran una realidad muy distinta. El consumo de carne vacuna, por ejemplo, cayó a los niveles más bajos de los últimos 30 años, y la compra de leche, pan y otros alimentos básicos sigue en retroceso. En la Patagonia, muchas familias ajustan al máximo sus gastos para cubrir servicios y transporte, resignando productos esenciales.

El Gobierno nacional sostiene que mantener el valor del dólar dentro de la banda cambiaria da previsibilidad, pero en los hechos, esa estabilidad se sostiene a costa del poder adquisitivo de los salarios. Los sueldos siguen sin alcanzar la suba de precios y la recesión ya impacta en comercios y pymes, especialmente en el sur del país.

En este contexto, el ministro insistió en que las reformas laboral y tributaria serán el próximo paso, asegurando que “la economía está ordenada”.