La Argentina y Estados Unidos anunciaron un nuevo acuerdo marco de comercio e inversiones que promete modificar el escenario para los exportadores locales, con la eliminación de aranceles y mayores facilidades de acceso al mercado norteamericano. El gobierno nacional apunta a avanzar especialmente en sectores como carne, acero y aluminio, además de recursos naturales críticos y productos utilizados en aplicaciones farmacéuticas. Aunque los detalles aún no fueron difundidos, el acuerdo abre una etapa de expectativas para las cadenas exportadoras.
Desde la Casa Blanca adelantaron que la Argentina otorgará acceso preferencial a productos estadounidenses, entre ellos medicamentos, químicos, maquinaria, tecnología, dispositivos médicos, automotores y una amplia gama de bienes agrícolas. A cambio, Estados Unidos eliminará aranceles recíprocos para ciertos recursos naturales y artículos no patentados, y analizará la posibilidad de otorgar cupos sin impuestos en acero y aluminio, que hoy pagan una tasa del 50%. También se anticipó que podría ampliarse el acceso para la carne argentina, con aplicación a las 80.000 toneladas de cuota recientemente anunciadas por el presidente Javier Milei.
Sin embargo, especialistas advierten que el acuerdo también implicaría desafíos importantes para la industria nacional. Muchos de los productos a los que la Argentina dará prioridad de importación compiten directamente con empresas locales, lo que podría profundizar la pérdida de competitividad en un contexto interno de bajo consumo. A esto se suma la posible llegada de productos agrícolas estadounidenses en condiciones más ventajosas, un escenario que genera preocupación en sectores productores que ya atraviesan dificultades.
Otro punto sensible es el margen regulatorio: ciertas medidas internas —como modificaciones en retenciones— no podrían aplicarse sin la aprobación previa del Tesoro de los Estados Unidos, lo que implicaría un condicionamiento adicional sobre la política económica argentina. En paralelo, analistas también señalan interrogantes sobre cómo se implementará este acuerdo en el marco del Mercosur, especialmente en áreas clave como la industria automotriz.