La Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado aprobó este miércoles la mayoría de los diplomas de los senadores electos en octubre, pero el trámite quedó atravesado por una fuerte disputa política. En la previa, todas las miradas estaban puestas en la libertaria Lorena Villaverde, impugnada por el PJ de Río Negro. Sin embargo, cuando comenzó la reunión se conoció que habían ingresado dos nuevas impugnaciones, esta vez contra los peronistas Martín Soria y Jorge Capitanich, presentadas por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich a minutos del inicio del debate, a través de un tercero.
Las impugnaciones contra Soria y Capitanich fueron desestimadas rápidamente por carecer de información básica —ni “copete” tenían, según la presidenta de la comisión, Alejandra Vigo— y por no reunir acompañamiento político. En el caso de Capitanich, se fundaban en su presunto vínculo con el Clan Sena, recientemente condenado por el femicidio de Cecilia Strzyzowski; mientras que a Soria se lo señalaba por el supuesto cobro de sobresueldos, aunque su expediente ni siquiera incluía datos personales completos.
Muy distinto fue el caso de Lorena Villaverde, cuyo diploma fue rechazado y quedó pendiente de definición en la sesión preparatoria del próximo 28. Ese día, aunque den quórum los legisladores entrantes, la votación sobre su incorporación dependerá de los 71 senadores restantes. Si es rechazada por mayoría simple, Villaverde podrá judicializar y dejar su banca vacante hasta un fallo de la Corte, o bien renunciar para que asuma su suplente.
Villaverde planea presentarse en el recinto para jurar y confía en que el tiempo jugará a su favor. En paralelo, la jugada de Bullrich contra Soria y Capitanich terminó sin efecto: la mayoría del Senado consideró “desprolija” la movida y acompañó la validación de ambos diplomas.