Este jueves Rosario Central fue coronado en la sede de la AFA como el campeón de la Liga Profesional del Fútbol 2025. El modo en el que se hizo efectivo la entrega del trofeo y el sigilo con el que se manejó la decisión de reconocer con una estrella al mejor de la tabla anual desdibujan los méritos que hizo en el campo el equipo de Ariel Holan, ya que los argumentos fueron esgrimidos dentro de la cancha.
En definitiva, Central logró este trofeo por haber terminado en el primer lugar de la tabla anual, es decir, fue el mejor equipo de todos durante dos semestres.
Cuando se planificó la temporada, la AFA entendió que por cuestiones de calendario era mejor jugar dos copas, una en cada semestre. Algunas voces se alzaron e indicaron que lo más “justo” sería jugar una Liga y una Copa.
La Liga implicaba jugar contra todos y el que más puntos obtenía sería el “justo” campeón. Suele decirse el campeón de una Copa no necesita ganarle a todos. En un partido de eliminación podés pasar por penales e incluso, hay rivales contra los que nunca jugás porque pueden ir quedando en el camino al caer ante otros. No hubo caso. No había fines de semana suficiente para esta segunda alternativa. Y decidieron que se jugarían dos copas.
El campeón del Torneo Apertura (la primera de las copas) fue Platense, que entró por la ventana (como Central en 2023) y luego se hizo fuerte en los playoffs eliminando a Racing y River, entre otros. En la final le ganó a Huracán. El campeón del Torneo Clausura (la segunda de las Copas del año) está en juego. Pero con el mismo formato que la anterior.
Sin embargo, el anuncio generó una ola de controversia y críticas en distintos sectores del fútbol argentino. En primer lugar, porque el título no estaba previsto en el reglamento inicial de la LPF para 2025: hasta ahora sólo se contemplaban tres trofeos oficiales (Apertura, Clausura y Trofeo de Campeones). Muchos detractores acusan a la AFA de haber cambiado las reglas “a media temporada” para favorecer al club rosarino, planteando un precedente peligrosamente subjetivo.
“Más allá de los méritos de Central en el año, que son inobjetables, no es razonable que se cree un título oficial en mitad de una competencia. Atenta contra el propio valor de cada estrella”, señaló la periodista deportiva Angela Lerena en X. Por su parte, Gustavo Noriega destacó: “El nivel de arbitrariedad del fútbol argentino está batiendo récords. Van a terminar determinando 30 campeones por año”. Hasta los cronistas del espectáculo se sumaron a la queja, Augusto Tartúfoli posteó: “Viendo lo de Chiqui Tapia no se quejen nunca más de los Martín Fierro, amigos”.
En redes sociales, Tomás Rebord sumó: “Mi hijo literalmente pisa Rosario y le inventan un título a Central así es imposible”. “Estudiantes el sábado juega contra el campeón administrativo, Rosario Central, para buscar pasar de fase y ser campeón deportivo. ¿Algo así sería? Todo mi respeto y admiración por El Canalla, un club extraordinario, pero no debería haber aceptado semejante invento. Es un asalto a la razón. Y a la sana competencia. Salió campeón de una Copa que nadie sabía que estaba en juego. En las competencias de embolsados de la colonia de vacaciones no se animaron a tanto”, sostuvo Esteban Trebucq en su cuenta de la exTwitter.