Una jornada de alta tensión se vivió este martes en el Establecimiento de Ejecución Penal II de General Roca, donde se registraron agresiones, lanzamiento de objetos y quema de colchones por parte de un grupo de internos. La situación fue rápidamente controlada por el Servicio Penitenciario Provincial, que actuó bajo las directivas del ministro de Seguridad y Justicia, Daniel Jara.

Pese a los momentos críticos tanto dentro como fuera del predio, el personal logró restablecer el orden sin heridos entre la población carcelaria y preservando la integridad de quienes trabajan en el lugar.

Las estrictas requisas dispuestas por el Ministerio de Seguridad y Justicia durante las visitas comenzaron a mostrar resultados en los últimos días, con el secuestro de estupefacientes y otros elementos prohibidos. Este avance generó malestar en algunos sectores internos y derivó, pasado el mediodía, en insultos, agresiones y la negativa de un grupo de detenidos a regresar a sus sectores.

A la tensión interna se sumó la presencia de personas fuera del penal que arrojaron piedras hacia el interior y quemaron cubiertas, lo que obligó a reforzar las medidas de seguridad para evitar que la violencia escalara.

De inmediato se convocó al personal de turno, se incrementó la presencia en el perímetro y se suspendió el ingreso de visitas por prevención, con el objetivo de resguardar vidas y evitar un conflicto mayor.

El operativo avanzó pabellón por pabellón, con el traslado de algunos internos a enfermería para garantizar su seguridad. Mientras ciertos grupos colaboraron, otros ofrecieron resistencia mediante piedras, agua, lavandina y armas caseras. En uno de los módulos se detectaron mantas y colchones ardiendo, lo que requirió una intervención urgente para contener las llamas.

Paralelamente, se montó un operativo policial en los accesos que permitió contener las agresiones externas y asegurar el trabajo del personal penitenciario dentro del predio.

Durante todo el procedimiento se aplicó fuerza mínima y progresiva, respetando los protocolos del Ministerio de Seguridad y Justicia de Río Negro.

Tras varias horas de operativo, se completó el recuento y la verificación corporal de toda la población detenida. No se registraron internos lesionados, las celdas quedaron aseguradas y se secuestraron los elementos contundentes utilizados durante los disturbios. Como medida preventiva, se dispuso el cierre temporal de los pabellones hasta que la situación se normalice.

El Servicio Penitenciario Provincial logró encauzar un episodio complejo sin que escalara a niveles más graves, manteniendo la prioridad que rige incluso en los días más difíciles: proteger la vida de todos. Desde el Ministerio de Seguridad y Justicia confirmaron que los controles continuarán en todas las unidades penitenciarias de la provincia.