Estudiantes de Río Cuarto es de Primera. Tras el 2-0 de local de la semana pasada, los cordobeses fueron nuevamente los mejores en la final del Reducido y, con el 1-1 en cancha de Deportivo Madryn, lograron el primer ascenso de su historia a la máxima categoría. Todas las sospechas de la previa por las acusaciones de favoritismo dirigencial hacia los chubutenses quedaron por el piso con un muy buen arbitraje de Facundo Tello. Lo que sí fue un papelón fue el final, prematuro por incidentes en la tribuna, rotura de alambrados y sin festejos de los visitantes en cancha por la invasión de algunos violentos.

Aunque decidido a ir a buscarlo tras la derrota en Río Cuarto, los argumentos ofensivos de Madryn fueron más bien escasos. Los desbordes y centros del incansable Diego Crego por izquierda, el empuje del volante central Federico Recalde a pura garra (terminó expulsado) y hay que parar de contar. Si mantuvo esperanzas de remontada fue gracias a su arquerazo, Yair Bonnín. Al menos hasta que a los 64, de la nada, el experimentado Luis Silba se inventó una tijera fenomenal para acortar a un gol la distancia en el global.