Científicos del Conicet advierten que la baja de 240 becas doctorales y posdoctorales de jóvenes investigadores perjudica al «semillero de ciencia» argentina y, sumada a una «ola de renuncias» por bajos sueldos y falta de presupuesto, genera una «situación de éxodo científico que ya es masivo».
«Son 240 jóvenes investigadores que venían trabajando desde hace seis o siete años. Son todos profesionales ya recibidos y estaban esperando una decisión a ver si podían ingresar a la carrera de investigador del Conicet porque se habían presentado al concurso», explicó el inmunólogo e investigador Jorge Geffner.
En diálogo con C5N, señaló que «algunos entrarían y otros no, por falta de mérito», pero «la tradición en el Conicet es que a toda esta gente joven, que es el semillero de ciencia que tenemos en Argentina, se le prolonga la beca hasta tanto se decida el ingreso o no ingreso. Y ahora se cortó abruptamente», denunció.
Geffner remarcó que esta situación se da en un «marco muy preocupante» porque «está bloqueado el ingreso a las carreras en el Conicet». «La gente se jubila y tenemos una muy importante ola de renuncias por dos motivos: primero, porque los sueldos son bajísimos; y segundo, porque no hay un peso para trabajar», afirmó.
«Es una tormenta perfecta: no das un peso para trabajar y los salarios son bajos en un momento donde desde Europa y Estados Unidos hay una oferta muy importante de puestos de trabajo. Entonces estamos en una situación de éxodo científico que yo me animaría a decir que ya es masivo», alertó el investigador.
También señaló que, «al día de hoy, la Secretaría de Ciencia y Técnica ejecutó menos del 5% del presupuesto, y eso que es una prórroga del 2023 que ni se actualizó por inflación. Se están desarticulando muchísimos grupos de investigación en tópicos que van desde la salud humana y el cáncer a semillas resistentes a la sequía y drones. Temas donde todo el mundo invierte, nosotros estamos desarticulando los grupos. Una locura», sostuvo.
El inmunólogo remarcó que esto «tiene consecuencias en la generación de conocimiento, start-ups y empresas, y también en la educación universitaria, porque prácticamente toda la gente del Conicet tiene cargos como docentes universitarios».
«Esta gente, aún con salarios bajos, tenía una idea muy firme y quería hacer ciencia. Los perdemos. Es una vocación, estamos convencidos que aportamos al crecimiento del país y se demostró en la pandemia. Frente a cualquier desafío, si nos desarmamos científica y tecnológicamente, estamos suicidando el futuro del país», concluyó.