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Argentina venció 1-0 a Chile y se clasificó a los cuartos de final de la Copa América

Triunfo con sabor espacial, con ese gustito que tiene ganar sobre la hora, cuando lo merecía sobradamente y daba la sensación de que la noche terminaba en un 0-0 con gusto a nada. No hay revancha de nada de lo que ocurrió hace ocho años exactamente en este estadio ni ante el rival, hay una continuidad de un ciclo que no para de sumar alegría, que sigue pasando por caja para seguir ilusionando a todos con el bi.

Fue un 1-0 que no se explica con esa ventaja mínima. Se explica por la falta de efectividad y también por las dos grandes atajadas de Dibu Martínez. Lo que no explica el resultado es que la Scaloneta recuperó la voracidad para hacerse de la pelota, que fue muy superior al rival. Y ahora jugará ante Perú sabiendo que ya está clasificado para los cuartos y que con un empate el sábado, clasificará como primero para jugar con el segundo del grupo B. Y podrá si quiere, hacer descansar a Lionel Messi, quien jugó gran parte del partido tocado.

La Selección tuvo la tenacidad física y la posesión que le había faltado ante Canadá. Volvió el equipo que recupera la pelota en el mismo tiempo que se cambia un juego de neumáticos en Fórmula 1, que te asfixia, que recupera la pelota en la mitad de la cancha por una cuestión posicional del equipo, pero también porque todos corren juntitos y sincronizados para que el rival no pueda pensar. En el PT, quedó en el debe la efectividad, ya que fue lo único que faltó. La Scaloneta le puso su sello al partido, no como había pasado en el debut que muchas veces perdió el control. De hecho, Dibu Martínez no tuvo ninguna participación en la primera parte, más que jugar -bien- con los pies.

El equipo no quedó traumado cuando Messi se comenzó a masajear el aductor. De hecho, con el 10 afuera, casi marca el 1-0 con un tiro de De Paul. Chile trató de hacer mucho, pero pudo poco: no tanto por deficiencias propias, sino porque Argentina se lo llevó puesto. El 4-2-3-1 que paró Gareca casi que se convirtió en un 4-4-1-1, con Alexis Sánchez intentando tomarle la chapa a Alexis. La Selección, en cambio, mutaba constantemente entre un 4-3-3 y 4-4-2, según donde se posicionaba Nico González, de buen primer tiempo, solo opacado por esa oportunidad que no pudo aprovechar.