El intendente de Cipolletti, Rodrigo Buteler, ha destacado la difícil situación económica que enfrenta el municipio, subrayando que no tienen la capacidad de otorgar aumentos salariales más allá de lo propuesto en las reuniones paritarias. La propuesta, que ya ha sido aceptada por uno de los gremios municipales, representa el límite de las posibilidades financieras de la comuna.

Buteler explicó que la caída de la actividad económica a nivel nacional ha tenido un impacto significativo en la recaudación de impuestos, especialmente los coparticipables, que son una de las principales fuentes de ingresos del municipio. En marzo, la caída en términos reales fue del 30%, lo que ha generado un desafío adicional para la gestión municipal.

Ante esta situación, el municipio ha implementado medidas de emergencia económica, como la reducción de la planta política y la finalización anticipada de alquileres, para contener el gasto y mantener el equilibrio financiero. Sin embargo, Buteler enfatizó que el municipio todavía enfrenta un equilibrio «muy precario» y que es necesario actuar con precaución.

El intendente resaltó la importancia de evitar compromisos salariales que puedan poner en peligro la estabilidad financiera del municipio, recordando situaciones pasadas en las que compromisos irresponsables llevaron a graves consecuencias económicas. Se comprometió a seguir monitoreando la evolución económica y a reunirse nuevamente con los sindicatos en mayo para evaluar la situación y definir los próximos pasos a seguir.

En medio de un clima de tensión laboral, Marcelino Jara, líder del Sindicato de Obreros y Empleados Municipales (Soyem) de Cipolletti, se pronunció en una entrevista radial sobre la actual retención de servicios que están llevando a cabo en rechazo a la propuesta salarial presentada por el municipio.

Jara expresó la preocupación del gremio ante lo que consideran una propuesta salarial insuficiente por parte del municipio. Según sus declaraciones, la oferta presentada no contempla adecuadamente las necesidades y el costo de vida de los trabajadores municipales, lo que ha generado rechazo por parte de los empleados.