Una niña de doce años pudo contarle a sus docentes que estaba siendo abusada sexualmente por alguien de su entorno. El develamiento se produjo en un taller de educación sexual, en Cipolletti. El acusado fue a juicio, admitió los hechos y ya se encuentra cumpliendo pena de prisión.
La niña de doce años primero habló con docentes del taller y enseguida se le dio intervención a la directora y a la vicedirectora. Luego al Equipo Técnico de Apoyo Pedagógico. En esa instancia le informaron al papá y a la mamá de la víctima, quienes hicieron la denuncia en fiscalía.
Recibió contención de la Oficina de Atención a la Víctima y luego declaró en cámara Gesell. Las pruebas posteriores confirmaron los abusos.
La fiscalía y la defensa pública coordinaron la realización de un juicio abreviado, ante la contundencia de la evidencia. El imputado debió reconocer los hechos que le atribuyeron y el tribunal dictó una condena de diez años de prisión, que el hombre ya se encuentra cumpliendo.
No se consignan mayores datos ni del imputado ni de la escuela para preservar la intimidad de la niña.
La cámara Gesell
Las cámaras Gesell son dispositivos para recibir el testimonio de niños, niñas y adolescentes víctimas o testigos de la comisión de algún delito. La única persona que toma contacto con quién está declarando es la psicóloga del Cuerpo de Investigación Forense, quién realiza los informes y también es escuchada en la audiencia de admisión. A través del mecanismo se resguardan y garantizan los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
El Cuerpo de Investigación Forense, desde 2021 hasta la actualidad, realizó más de 1569 cámaras Gesell: 226 a personas que fueron testigos de delitos y 1343 a víctimas.
El dispositivo se usa para personas menores de 18 años, aunque entre los 16 y los 18 se puede prescindir de la Gesell y tomar declaración sí se advierte que no hay riesgos.