Este miércoles por la tarde, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a hacer oír su voz en la Plaza de Mayo, en el marco de una multitudinaria movilización convocada por sectores del peronismo, el sindicalismo y agrupaciones de izquierda. El eje del reclamo fue el rechazo a la condena en la causa Vialidad, que inhabilita a la exmandataria a ocupar cargos públicos.

A través de un mensaje grabado y otro transmitido en vivo, Cristina agradeció la movilización y dejó varias definiciones de tono político. “Vamos a volver con más sabiduría, con más unidad, con más fuerza”, afirmó, y señaló que “lo peor es que el poder económico sabe que este modelo no tiene futuro”.

Entre las frases más resonantes, volvió a marcar su proscripción: “¿Saben por qué no me dejan competir? Porque saben que pierden”, expresó. Y agregó: “Pueden encerrarme a mí, pero no van a poder encerrar a todo el pueblo argentino”.

En uno de los pasajes más comentados, hizo referencia a la situación en la que se encuentra viviendo: “Estoy en San José 1111, firme y tranquila. Eso sí, con prohibición de salir al balcón, dios mío, qué cachivaches que son”. La mención, que busca restarle dramatismo con ironía, expone de todos modos un esquema de restricciones que aún no termina de explicarse del todo.

Mientras la Plaza se colmaba de banderas y cantos, el edificio donde se aloja la expresidenta sigue siendo objeto de debate. La custodia reforzada, las condiciones de permanencia y las medidas impuestas en ese inmueble siguen planteando interrogantes sin respuesta clara.