Pasaron siete años para que la Justicia argentina le pusiera punto final a la contrademanda que inició Juan Darthés contra Calu Rivero por haberlo denunciado por acoso cuando trabajaron juntos en la novela «Dulce amor».
“Quiero cerrar un capítulo de mi vida reconociendo el trabajo excepcional de dos mujeres abogadas, especialistas en perspectiva de género, que me acompañaron y defendieron en un proceso tan largo como injusto. Gracias a ellas, Raquel Hermida Leyenda y Marcela Arvia, y a la increíble red de contención que construyeron desde su fundación, pude enfrentar y ganar un juicio por daños y perjuicios que Darthés inició contra mí cuando me animé a ser la primera en alzar la voz y denunciar”, escribió la actriz en sus redes sociales, feliz por la resolución de la Justicia.
“El compromiso de ambas no solo me devolvieron la tranquilidad, sino que también reafirman la necesidad de profesionales como ellas: valientes, sororas y dispuestas a transformar el sistema. Agradezco profundamente que hayan caminado conmigo este proceso tan lleno de exposición y desafíos. Gracias por no soltarme”, continuó Calu, que cerró el mensaje con dos frases: «La voz cierra ciclos» y «Fin del silencio».
Luis Bremer había contado en «A la Tarde» sobre esta resolución: “Punto final de la Justicia argentina contra Juan Darthés. El actor había iniciado tres causas contra tres mujeres que lo habían denunciado a él, Anita Co, Natalia Juncos y Calu Rivero; dos penales y una civil. ¿Qué pasó? La Justicia dijo que en la pericia psicológica en el proceso de daños, hay ausencia de daños. Darthés no padeció ningún daño y, por lo tanto, perdió la causa contra Calu Rivero. Un dato más: Anita y Calu son testigos de Thelma Fardín en Brasil. Recordemos que Darthés recurrió allí la sentencia al Tribunal Superior; esto está en trámite, por lo tanto, sigue condenado”.
Juan Darthés fue condenado a seis años de prisión en Brasil, país en el cual reside desde la denuncia por abuso sexual que inició Thelma Fardín. Pero la primera en hablar había sido Calu Rivero. “Noté que algo estaba mal y lo comuniqué; no hubo escucha y fui yo la que tuvo que dar un paso al costado y dejar de trabajar”, dijo la actriz en su momento y no dudó en acompañar a otras colegas en sus demandas.