José Sirvent, vecino de El Bolsón, relata su lucha por reconstruir su aserradero tras el devastador incendio. El fuego llegó casi sin aviso, arrasando con todo a su paso. En cuestión de horas, las llamas dejaron profundas cicatrices tanto en la tierra como en quienes la habitan. Entre las tantas pérdidas, uno de los emprendimientos más emblemáticos de la región quedó reducido a cenizas: el aserradero de José Sirvent, conocido en la zona como «Rulo». Durante más de medio siglo, su negocio transformó la madera de la región en trabajo y sustento para muchas familias.

“Quedamos sin nada”, lamentó José, en una entrevista con LU19. Aunque logró salvar su casa, el fuego se llevó consigo su fuente de trabajo, aquella herramienta que le permitió sostenerse y brindar empleo a otros vecinos. Sin embargo, rendirse nunca fue una opción.

Con la misma fuerza con la que su padre levantó el aserradero, José decidió empezar de nuevo. La visita del gobernador Alberto Weretilneck y el equipo de ministros de las diferentes áreas fue un acompañamiento concreto para que la producción pudiera resurgir. La limpieza del terreno avanzó rápidamente y la luz volvió a encenderse en el predio.

«Nos han facilitado ya una máquina para remover los restos, hemos puesto el pilar de la luz», comentó José con la firmeza de quien sabe que el esfuerzo da frutos. A pesar de las dificultades, su determinación sigue intacta, y su historia es un ejemplo de resiliencia y esperanza para todos los vecinos de El Bolsón.