Un reciente informe del Observatorio de Argentinos por la Educación destaca una preocupante tendencia en el sistema educativo argentino: en las escuelas primarias de los sectores más empobrecidos, el 31% de los docentes son suplentes. Esta cifra contrasta significativamente con el 19% registrado en las escuelas de mayores recursos, revelando una brecha de 12 puntos porcentuales entre ambos segmentos socioeconómicos.
El estudio, titulado “Cargos y suplencias docentes en el nivel primario”, y realizado por Martín De Simone (Banco Mundial), Martín Nistal y Leyre Sáenz Guillén (Observatorio de Argentinos por la Educación), detalla que a nivel nacional, el 28% de los docentes de 6° grado son suplentes. La proporción varía notablemente entre provincias y entre el sector estatal y privado.
En provincias como La Rioja y Entre Ríos, la proporción de docentes suplentes alcanza cifras alarmantes del 60% y 50% respectivamente, mientras que en Jujuy, San Luis y Salta, las cifras son considerablemente menores, rondando el 15%.
El informe destaca que la alta dependencia de docentes suplentes puede tener un impacto negativo en el aprendizaje, particularmente cuando se traduce en una interrupción continua de la continuidad pedagógica. «Las suplencias son esenciales para mantener la continuidad educativa, pero cuando se vuelven una constante y hay alta rotación, el aprendizaje puede verse afectado», explica Martín De Simone.
En todas las provincias –excepto San Luis– hay una mayor proporción de docentes suplentes en el sector estatal que en el privado. La provincia con mayor porcentaje de suplencias en el sector estatal es La Rioja (62%); la proporción más alta en el sector privado se encuentra en Entre Ríos (44%). Los menores porcentajes de suplentes se encuentran en San Luis (15%) y Jujuy (15%) para el sector estatal, y en Tierra del Fuego (6%) y Córdoba (6%) para el sector privado.
Los datos muestran que hay mayor cantidad de docentes suplentes jóvenes, y que a mayor edad del docente el porcentaje de suplentes disminuye. Los docentes más jóvenes (20-25 y 25-30 años) tienen la mayor proporción de suplencias, con un 63,6% y un 52,5% respectivamente, lo que sugiere que tienen menos estabilidad laboral. Por otro lado, los docentes mayores (50-55 y 55-60 años) muestran una menor proporción de suplencias, con un 12,4% y un 8,8% respectivamente, lo que sugiere una mayor estabilidad laboral y una consolidación de su carrera.
“Creo que el sistema de licencias que rige en el estatuto del docente de la provincia debería ser más estricto ya que genera un excesivo movimiento de docentes suplentes en cargos de interinos y titulares licenciados por diferentes motivos. Los alumnos son los principales afectados, ya que a esta situación de tener varias suplentes en un mismo ciclo lectivo se suman las futuras docentes que están haciendo su residencia y deben completar su trayectoria formativa en diferentes escuelas asociadas”, plantea María Arazunu Martínez, formadora de docentes de nivel primario y profesora universitaria en Corrientes.
Sara Frutos, profesora de Letras y ex vicerrectora del Instituto Libre de Segunda Enseñanza (ILSE) de la UBA, sostiene: “Todos los que somos docentes empezamos la carrera con un cargo suplente. Tomar una suplencia es la puerta de entrada al aula, que nos permite generar experiencia y las primeras reflexiones sobre la práctica, pero es distinta esa entrada si la suplencia es en el sector privado o en el estatal. Las suplencias en el sector privado se consiguen por referencias o contratación directa, ya que solo en pocas escuelas se concursa por el cargo. En el sector estatal, la asignación de cargos suplentes o interinos es más compleja. El hecho de que cada escuela en el sector estatal no pueda elegir a sus maestros, ni adaptar los tiempos de las suplencias al calendario escolar, dificulta la conformación de equipos escolares y, seguramente, también la calidad de la enseñanza y aprendizaje”.
“Sabemos que la estabilidad (o inestabilidad) laboral docente se relaciona directamente con la calidad de los aprendizajes de los alumnos. La realidad de las suplencias docentes acucia cada vez más en el nivel primario. Existen muchas suplencias cortas y otras que duran varios meses. Los docentes que cubren suplencias largas atienden a sus alumnos con la misma responsabilidad de un titular. Pero frente al fenómeno de las suplencias cortas, los equipos directivos se ven en la necesidad de articular diferentes estrategias institucionales para que los alumnos continúen con sus aprendizajes de la mejor manera posible. Los datos del informe invitan a reflexionar sobre la urgencia de ofrecer una mayor estabilidad laboral docente”, señala Mónica Prieto, docente de la Escuela de Educación de la Universidad Austral.