La investigación por trata de personas en Bariloche comenzó cuando médicos y enfermeros de un hospital local detectaron una situación sospechosa en el control prenatal de una joven embarazada. A pesar de que su pasaporte indicaba que tenía 22 años, los investigadores sospecharon que en realidad no superaba los 15. Lo que más llamó la atención fue que la joven siempre iba acompañada por dos mujeres que no la dejaban hablar, incluso, cuando dio a luz, una de ellas rompió el papel en el que la madre había anotado el nombre del padre de la criatura.
Este comportamiento inusual alertó a los médicos y, tras informar a las autoridades, se dio inicio a una exhaustiva investigación. Las pesquisas revelaron que la joven era víctima de un grupo que operaba bajo los lineamientos de una secta, con fuertes indicios de coacción y sometimiento.
En declaraciones recientes, el director del Hospital de Bariloche, Víctor Parodi, explicó el impacto que tuvo el caso en el equipo médico y en la comunidad hospitalaria. Parodi destacó la rapidez con la que el personal reaccionó ante los primeros signos de alerta y subrayó la importancia de la colaboración con las autoridades para poder dar con la situación real de la joven.
“La joven llegó al hospital acompañada de personas que no le permitían hablar. Esto despertó nuestras sospechas. Afortunadamente, el equipo médico estuvo muy atento y actuó rápidamente,” comentó Parodi.