El día después del llamado a paro de la Confederación General del Trabajo (CGT) para el 24 de enero, desde el Gobierno cuestionaron la protesta al sostener que responde a «otros intereses» que -precisan- mantienen los dirigentes sindicales.
En la habitual conferencia de prensa, Adorni precisó: «Nos pareció llamativo que la diligencia esté en contra de las reformas para el mundo del trabajo. La situación económica es crítica, estamos en un sendero complejo y preocupante».
«Llama la atención que en este contexto no se entiende que el esquema laboral necesita una reforma urgente», afirmó y completó: «La Argentina no está creciendo y hace 10 años que no crea empleo privado de calidad. Creció el empleo informal y el estatal».
En la misma línea, amplió: «La Argentina es un país que tiene la menor cantidad de empresas por habitantes, los salarios son de los más bajos de la región y además buena parte de la economía de los trabajos son informales».
«Nos resulta llamativo que está no sea la misma lectura que hace parte de la dirigencia sindical», alertó.
Según el vocero, «el espíritu de las reformas están en línea con mejorar estos aspectos», por lo que apuesta a «generar empleo de calidad, que las empresas inviertan y los salarios mejoren».
«Lo otro que llama la atención es por qué está misma dirigencia hizo su último paro en el año 2019», apuntó contra el triunvirato de la CGT, y remarcó: «Durante la gestión anterior que no hicieron paro los trabajadores no dejaron de perder poder adquisitivo, la inflación en torno al 900%».
«Es llamativo que quienes defienden de manera legítima a los trabajadores no lo hayan percibido en 4 años de gobierno, como si en 17 días de esta gestión», insistió.
Asimismo, aseguró que «tal vez su visión está sesgada por otros intereses» al tiempo que subrayó que no hay antecedentes de haber llamado tan rápido a un paro general.