Después de casi dos décadas de espera, el juicio conocido como «Juicio de Otoño» ha llegado a su tan esperada etapa final, aunque no sin dificultades. La audiencia final, que debía marcar el cierre de un proceso judicial que se extiende por 18 años, comenzó con imprevistos que retrasaron el inicio de los alegatos.
Uno de los principales obstáculos fue la ausencia de un abogado defensor, quien debía representar a uno de los imputados. El acusado, al no contar con su defensa, provocó un cuarto intermedio, generando un importante retraso en la audiencia. A esta falta se sumaron otras demoras por parte de los abogados defensores, quienes no llegaron a tiempo, lo que causó más tensiones en el proceso.
Dentro de la sala, el ambiente también se mostró tenso. Algunos de los imputados, como Lagos y Jafri, mostraron claros signos de cansancio, llegando incluso a quedarse dormidos durante la exposición de la fiscalía. La jueza, al notar la falta de atención de los acusados, no dudó en llamarles la atención ante la actitud desinteresada.
Acusaciones de la fiscalía
A pesar de las demoras y las tensiones, la fiscalía se mantuvo firme en su acusación, pidiendo la culpabilidad de los cuatro imputados como coautores del delito de privación ilegítima de la libertad, agravada por varias circunstancias. En su alegato, se recordó que tres o más personas estuvieron involucradas en el crimen, que la víctima era menor de edad y que la muerte fue intencional.
Este juicio, que ha atravesado una serie de contratiempos durante su largo recorrido, finalmente se encuentra en su fase decisiva, donde se espera que las partes presenten sus alegatos finales y el tribunal tome una decisión sobre la responsabilidad de los imputados en los graves hechos que se les imputan.