El sacerdote argentino Gabriel Romanelli, herido la semana pasada durante un bombardeo israelí en la Iglesia de la Sagrada Familia —la única iglesia católica en la Franja de Gaza—, aseguró que se encuentra «bien», dentro de lo posible, y pidió el fin urgente del conflicto.

«Nosotros estamos por la paz con Israel, con Palestina, porque esta guerra tiene que terminar, no va a ser la solución de nada y las heridas van a tardar mucho tiempo en curarse», expresó Romanelli en una entrevista con Splendid AM990.

El padre relató la crítica situación que vive la población civil:

«Lo primero que pide la gente es que pare todo, que nos den una esperanza de vida. Hay 2 millones y medio de personas que esperan por comida. La solución no es matar a la gente, es dejar entrar comida.»

También denunció la grave crisis humanitaria:

«Hace falta de todo. Las ayudas humanitarias han entrado a cuentagotas. Hay camiones esperando en las fronteras con Egipto y Jordania. La decisión justa es dejarlos entrar.»

Sobre el estado nutricional de la población, Romanelli fue contundente:

«La desnutrición es generalizada, sobre todo en menores. Salvo algunos momentos de tregua, no se ha podido ingresar alimentos básicos como lácteos, carne o frutas. Hay personas que han muerto por desnutrición.»

El testimonio del sacerdote argentino refleja la desesperación y el sufrimiento cotidiano de los civiles atrapados en medio del conflicto y renueva el llamado urgente a una solución humanitaria.