La derrota por 2 a 1 en el clásico ante Rosario Central agravó la crisis deportiva e institucional de Newell’s. Hace mucho tiempo los hinchas se vienen mostrando descontentos con la dirigencia y con el funcionamiento de su equipo y lo hacen saber en cada partido de local. Tras la caída frente a su eterno rival hubo disturbios a la salida del Coloso Marcelo Bielsa y la Policía reprimió con balas de goma. 

Los disturbios se produjeron en las calles aledañas al estadio, que durante el partido fue una caldera y se mostró muy reticente a la actuación de los futbolistas. Descontentos por el resultado y por la actualidad de su equipo, algunos hinchas arrojaron objetos contundentes hacia los distintos cordones policiales, que comenzaron a reprimir con balas de goma y gases lacrimógenos.

Varios simpatizantes de la Lepra y algunos efectivos resultaron heridos luego de los altercados. También se vieron afectadas algunas camionetas de la Policía, cuyos vidrios fueron destruidos por los piedrazos.

Esta situación no es nueva en el lado rojinegro de Rosario, ya que una semana atrás se vivió una situación similar tras la agónica derrota frente a Defensa y Justicia. En aquella oportunidad, ocho personas fueron demoradas, mientras que cuatro miembros de las fuerzas de seguridad sufrieron heridas por el impacto de objetos contundentes sobre su cuerpo.