El 18 de diciembre de 2022, Lionel Messi cayó de rodillas en el césped del Lusail Stadium, sus compañeros eufóricos corrían hacía el área para festejar el Mundial conseguido pero el no pudo. Era el final de una historia que había empezado en 2006 y que estuvo marcada por frustraciones, críticas y un vacío que solo la conquista del trofeo más prestigioso del fútbol podía llenar.
Minutos después, Messi miró al palco donde su familia lo había acompañado en el partido más importante de su vida, levantó las manos, cruzó los brazos y, conmovido, dijo: “Ya está”. La frase resumía una carrera llena de obstáculos con la Selección argentina que finalmente había alcanzado su cumbre.
Su camino
A los 35 años, en lo que parecía su última oportunidad, Messi conquistó el Mundial de Qatar 2022, cerrando una de las historias más emocionantes del fútbol. Su camino hacia la gloria fue largo y lleno de sinsabores: en Alemania 2006, con apenas 18 años, vio desde el banco la eliminación de la “Albiceleste” en cuartos de final. En Sudáfrica 2010, llegó como estrella consagrada, pero fue víctima de un equipo desorganizado que sucumbió en la misma instancia.
Brasil 2014 estuvo a punto de ser el escenario ideal: Messi llevó a Argentina a la final, pero el sueño terminó en una derrota dolorosa ante Alemania. Cuatro años después, en Rusia 2018, las esperanzas estaban desmoronadas antes de comenzar; un plantel mal armado y cambios constantes de entrenadores dejaron al astro rosarino expuesto a una de las peores experiencias de su carrera.
La relación de Messi con la Selección siempre fue compleja, ya que mientras triunfaba con el Barcelona, ganando títulos y batiendo récords, en Argentina se le reprochaba no alcanzar el mismo nivel. Sin embargo, el panorama cambió con Lionel Scaloni, quien construyó un equipo a su medida: humilde, sacrificado y solidario. Bajo su conducción, Messi levantó la Copa América en 2021, rompiendo una sequía de 28 años sin títulos.
Qatar, la coronación
Fue el prólogo perfecto para Qatar 2022, donde el capitán argentino no solo brilló individualmente, sino que lideró a un grupo que se transformó en campeón del mundo. Messi tuvo un rendimiento extraordinario en Qatar, dejando atrás cualquier duda sobre su condición de leyenda, donde desde el primer partido marcó el ritmo, anotando un gol contra Arabia Saudita en un debut inesperadamente complicado. Aunque el equipo cayó derrotado, Messi pidió calma: “Confíen en este grupo”, y tenía razón.
Ante México, en un partido decisivo, su gol desde fuera del área abrió el camino a la clasificación y en octavos de final ante Australia, marcó por primera vez en una fase de eliminación directa en su carrera mundialista. Su actuación fue creciendo partido a partido, al igual que su conexión con el equipo.
En los cuartos de final frente a Países Bajos, fue protagonista con un pase magistral a Nahuel Molina para el primer gol y su temple para ejecutar un penal en un duelo que se resolvió en los penales. En semifinales, ante Croacia, dio un espectáculo inolvidable al asistir a Julián Álvarez tras dejar desairado al defensor Joško Gvardiol, una jugada que quedará grabada en los anales del fútbol. Finalmente, en la final ante Francia, marcó dos goles y anotó en la tanda de penales para consagrar a Argentina campeona del mundo.
Estadísticas de «10»
Las estadísticas de Messi en Qatar son deslumbrantes: fue el primer jugador en la historia en marcar en todas las instancias de un mismo Mundial (fase de grupos, octavos, cuartos, semifinal y final), convirtiendo un total de siete goles y asistiendo en tres ocasiones. Superó a Gabriel Batistuta como el máximo goleador argentino en Mundiales (13 tantos) y rompió varios récords históricos, entre ellos, convertirse en el jugador con más partidos disputados en Copas del Mundo (26), superando a Lothar Matthäus, además, ganó su segundo Balón de Oro al mejor jugador del torneo, un hito que nadie había logrado antes.
El Mundial de Qatar no solo coronó la carrera de Messi; también fue el escenario donde se disiparon todas las dudas sobre su grandeza. Su capacidad para ser decisivo en los momentos clave, su liderazgo y su sacrificio por el equipo lo colocaron a la altura de los más grandes de la historia, con un legado que ya no puede discutirse.
Si no hubiera ganado, probablemente su retiro de la Selección habría sido inminente, dejando un vacío difícil de llenar. Pero el destino le permitió despedirse del Mundial como campeón, una imagen que los argentinos y los amantes del fútbol guardarán para siempre.
Diego Maradona necesitó solo dos Mundiales para tocar la gloria, pero para Messi, el camino fue más largo y lleno de espinas. Pero esa espera le dio al logro un peso simbólico inigualable donde el Lionel Messi que se arrodilló en el césped del Lusail Stadium no solo se consagró como el mejor futbolista de su generación; también cerró el círculo de una carrera que nunca dejará de inspirar. Dos años después de Qatar 2022, su historia sigue siendo un ejemplo de perseverancia, pasión y amor por la camiseta celeste y blanca.