Deportivo Riestra le ganó su primer partido a un equipo grande en Primera. Fue 1 a 0 ante el Independiente de un Carlos Tevez que nunca le encontró la vuelta y que terminó desorientado. El gol de Pedro Ramírez le quitó la chance al Rojo de subirse a la cima de su zona.
Los locales dominaron el trámite del partido y lo refrendaron en el resultado. Un conjunto duro, que peleó cada pelota y no necesitó tener la pelota para imponer su plan de juego.
La posesión no fue sinónimo de control del encuentro. Independiente estuvo incómodo y generó pocas ocasiones de riesgo.
El primer tiempo se jugó como quiso el dueño de casa, que llevó el partido a una lucha física, al juego aéreo en el que siempre se impuso, y a ganar todos los rebotes.
Tévez dispuso dos cambios para cambiar la historia. Independiente adelantó las líneas y los defensores terminaron parados prácticamente en la mitad de la cancha ante un adversario que no tuvo la pelota y al que, además, en ningún momento le interesó.
Independiente volvió a jugar mal, luego del muy buen antecedente ante River.Fue un equipo sin ideas, sin fútbol y superado en lo estratégico.
Hubo un conjunto que supo muy bien lo que tenía que hacer y otro que no. Hubo un equipo que pergeñó un plan y lo aplicó desde el primer minuto y otro que no tuvo ni plan.