El Parlamento de Irán aprobó un proyecto de ley para suspender la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), organismo dependiente de Naciones Unidas. La decisión aún debe ser ratificada por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, pero ya se anticipó que incluiría la prohibición de ingreso a los inspectores del organismo y posibles sanciones a quienes faciliten su entrada.
Desde la conducción del Parlamento, su presidente Mohammad Bagher Ghalibaf cuestionó fuertemente al OIEA por no condenar formalmente un ataque contra instalaciones nucleares iraníes. “El organismo ha perdido credibilidad internacional”, afirmó. Aun así, el país aseguró que continuará desarrollando energía nuclear con fines pacíficos.
En un contexto de máxima tensión, Irán también informó sobre la detención de más de 700 presuntos espías israelíes desde el 13 de junio. Según medios estatales, las tareas de inteligencia incluían el uso de drones suicidas, fabricación de bombas caseras, y el envío de información estratégica al Ejército israelí.
Teherán denunció que las operaciones encubiertas se incrementaron desde el inicio de las hostilidades, y aseguró que responderá “con una fuerza abrumadora” a cualquier agresión en su territorio. La situación eleva la preocupación por una escalada en el conflicto regional.