El país vecino dejó de comprar cortes con hueso desde la Patagonia tras el cambio en el estatus sanitario decidido por SENASA. El veterinario neuquino Roberto Fattorini advirtió que la medida perjudica a productores y vinculó la vacunación contra la aftosa con un millonario negocio.
La decisión de Chile de suspender la importación de carne con hueso desde la Patagonia encendió las alarmas en el sector ganadero regional. El veterinario y productor agropecuario Roberto Fattorini, integrante del Colegio Veterinario de Neuquén y de la Sociedad Rural, explicó en diálogo con LU19 AM 690 que el origen del conflicto se remonta a la flexibilización de la histórica barrera sanitaria.
Según relató, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile resolvió no reconocer el nuevo estatus sanitario de la región luego de que el SENASA argentino permitiera el ingreso de planchas de asado con hueso a territorio patagónico, hasta entonces libre de aftosa sin vacunación.
“Se tiró por la borda más de 40 años de trabajo. Esto perjudica directamente a productores de Neuquén, Río Negro y toda la Patagonia”, afirmó.
Fattorini remarcó que la medida también impacta en Tierra del Fuego, ya que la hacienda debe cruzar por el Estrecho de Magallanes y territorio chileno para llegar a la isla. “Hoy no dejan pasar hacienda ni derivados. La afectación es enorme”, señaló.
En el plano sanitario, el veterinario cuestionó la continuidad de la vacunación contra la aftosa en zonas libres de la enfermedad desde hace más de 25 años. Denunció que el negocio está concentrado en el laboratorio Biogénesis Bagó, propiedad de Hugo Sigman, y que el cambio de autoridades en SENASA podría estar vinculado a intereses en el mercado de vacunas.
“No quieren dejar de vacunar porque es un negocio millonario. Una vacuna cuesta un dólar y medio en Argentina y en Uruguay vale 30 centavos”, comparó.
Para Fattorini, la decisión de bajar parcialmente la barrera pudo haber beneficiado a los consumidores, ya que el precio del asado cayó unos 7.000 pesos, pero el costo para el sector productivo es mucho mayor.
“No estamos en contra del consumidor. Siempre producimos carne para el mercado local. Pero perder estatus sanitario significa menos mercados, menos dólares y menos trabajo para el país”, advirtió.
El especialista insistió en avanzar hacia una Argentina libre de aftosa sin vacunación, extendiendo la barrera sanitaria hacia el norte para abrir mercados de mayor valor agregado. “No vayamos para atrás, vayamos hacia adelante”, concluyó.