La Confederación General del Trabajo (CGT) resolvió adelantar su movilización por el Día del Trabajador al 30 de abril, en lugar del tradicional 1° de mayo. El cambio, justificado por razones organizativas, apunta a garantizar mayor participación de los gremios, aunque algunos sectores cuestionaron la decisión por considerar que diluye el sentido simbólico de la fecha.
Durante la reunión del Consejo Directivo, realizada en la sede de Azopardo, también se analizó el contexto económico actual, con coincidencia en que los precios seguirán en alza y los salarios reales en caída. La conducción cegetista alertó sobre el deterioro de las condiciones laborales y volvió a poner el foco en la pérdida del poder adquisitivo.
Uno de los puntos centrales del encuentro fue la aprobación unánime para que la CGT se presente ante la Comisión de Legislación del Trabajo en el Congreso, donde expondrá su rechazo a los proyectos que buscan eliminar la cuota solidaria. Esta contribución, incluida en los convenios colectivos, representa una fuente clave de financiamiento para los sindicatos.
La reunión estuvo marcada por ausencias significativas del ala dialoguista, como Carlos Acuña, Gerardo Martínez y Sergio Sasia, lo que expuso las tensiones internas dentro de la central obrera. El encuentro fue encabezado por los otros dos miembros del triunvirato, Héctor Daer y Octavio Argüello.