La serie El Eternauta, basada en la historieta de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López, despertó un nuevo interés por los elementos visuales del clásico argentino. Entre ellos, la máscara del protagonista se convirtió en un símbolo clave. El diseño no solo responde a la historia, sino que también refleja decisiones estéticas y técnicas que marcaron la producción de la ficción.
El elemento fue concebido para cumplir con una función dramática precisa: proteger al personaje de la «nevada mortal» que azota Buenos Aires, tal como lo indica la trama original. Pero también fue diseñado para transmitir emociones, algo que supuso un desafío para el equipo artístico de la serie.
La confección de la máscara demandó pruebas exhaustivas con distintos materiales, buscando un equilibrio entre fidelidad al cómic y viabilidad para el rodaje. Finalmente se optó por una pieza semi-transparente con iluminación interior, que permite ver parte del rostro y mantener la expresividad del actor.

Estos son algunos datos técnicos y curiosos que se conocieron sobre su creación:
- Se fabricaron 8 versiones distintas para las pruebas iniciales.
- El equipo de arte trabajó con especialistas en efectos especiales de Alemania y Canadá.
- La versión definitiva incluye un microventilador interno para evitar que se empañe.
- Cada máscara se arma y desarma en 3 partes para facilitar el uso durante las grabaciones.
- El diseño final fue aprobado por la familia de Solano López.
“El objetivo fue construir una máscara que fuera inquietante, pero a la vez humana”, explicó en una entrevista Juan Carlos Dávalos, director de arte. “Teníamos que lograr que el espectador pudiera conectar con el personaje incluso a través del vidrio”.
La serie, disponible en una plataforma internacional, sigue generando repercusión por su tratamiento visual y respeto por la obra original. En ese marco, la máscara se posicionó como una de las piezas más reconocibles del nuevo imaginario televisivo.