El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó su “rotundo rechazo” a las sanciones impuestas por Estados Unidos contra el juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal, y calificó de “inaceptable” la supuesta interferencia del gobierno norteamericano en el sistema judicial brasileño.

Lula cuestionó también los recientes aranceles del 50% impuestos por Donald Trump a productos brasileños, que según denunció, se basan en argumentos políticos vinculados a las causas judiciales contra el expresidente Jair Bolsonaro. “La justicia no se negocia”, afirmó.

La nota oficial del Palacio del Planalto, titulada “Brasil es un país soberano y democrático”, apuntó directamente contra actores locales que habrían impulsado las sanciones, entre ellos el diputado Eduardo Bolsonaro. “Traicionan a nuestra Patria y a nuestro pueblo en defensa de sus propios intereses”, sostuvo Lula.

El mandatario reafirmó el compromiso de Brasil con los derechos humanos, el multilateralismo y la independencia de poderes. También rechazó el uso de las medidas comerciales como represalia por las acciones judiciales contra el exmandatario y los controles sobre contenidos de odio y violencia en redes sociales.