El diseñador planeaba celebrar los 50 años de su marca este mes. Su legado continuará en manos de su equipo.

El mundo de la moda está de luto: Giorgio Armani, una de las figuras más influyentes y admiradas del diseño italiano, falleció este jueves a los 91 años, según confirmó oficialmente su casa de moda en un comunicado.

Armani murió en su domicilio, “rodeado de sus seres queridos”, informó el Grupo Armani:

“Con una tristeza infinita, anunciamos el deceso de nuestro creador, fundador y motor infatigable: Giorgio Armani”.

El legendario diseñador había planeado festejar en septiembre el 50° aniversario de su marca homónima, que transformó para siempre el estilo de vestir en todo el mundo, especialmente con su revolucionario enfoque del prêt-à-porter y sus trajes desestructurados que marcaron una época.

Un legado inmenso

Hasta el final de su vida, Armani se mantuvo como CEO y director creativo de su imperio. En su última entrevista, publicada apenas días atrás, había confesado:

“Mi mayor debilidad es que tengo el control de todo”.

La marca destacó que “con profunda emoción, sentimos el vacío dejado por quien fundó y nutrió esta familia con visión, pasión y dedicación”. También aseguraron que el equipo continuará con el legado del diseñador “con respeto, responsabilidad y amor”.

Un perfeccionista incansable

Con una facturación anual cercana a los 2.700 millones de dólares, Armani no solo fue un ícono del diseño, sino también un referente del mundo empresarial. Se caracterizaba por supervisar cada detalle, desde las colecciones hasta la publicidad y los peinados de las modelos antes de salir a la pasarela.

El diseñador reconoció en más de una ocasión que su único gran arrepentimiento había sido “trabajar demasiado y pasar poco tiempo con sus seres queridos”.

Despedida en Milán

La firma confirmó que el sábado y domingo se realizarán homenajes en Milán, ciudad donde construyó su imperio. Luego, se celebrará un funeral privado en una fecha aún no precisada.

Giorgio Armani deja un legado imborrable, no solo en las pasarelas, sino también en el corazón de millones que vieron en él el símbolo de la modernidad, la elegancia y la identidad italiana.