La música perdió a una de sus figuras más emblemáticas: falleció Ozzy Osbourne, legendario vocalista y fundador de Black Sabbath. La noticia fue confirmada por su familia a través de un comunicado publicado la noche del martes, donde señalaron que el artista murió “rodeado de amor”. El anuncio lleva la firma de su esposa Sharon y de sus hijos Jack, Kelly, Aimee y Louis, quienes solicitaron respeto por su privacidad en este momento.

La noticia se conoció apenas días después de la última aparición pública de Ozzy en Villa Park, Birmingham, donde compartió escenario con los miembros originales de Black Sabbath. Durante ese histórico concierto, interpretó cinco canciones y acompañó a su familia mientras su hija Kelly presenciaba la propuesta de matrimonio de Sid Wilson, músico de Slipknot. El show fue presentado como “el mayor espectáculo de heavy metal de la historia”.

Ozzy había anticipado en 2020 su retiro definitivo de los escenarios, luego de revelar públicamente su diagnóstico de Parkinson. Aquel concierto en Birmingham fue su despedida formal, tras una carrera atravesada por la creatividad, la resiliencia y un vínculo inquebrantable con el público del metal en todo el mundo.

Nacido en 1948 en Birmingham como John Michael Osbourne, tuvo una infancia humilde y trabajó en diversos oficios antes de dedicarse a la música. Sus primeros pasos fueron junto a Geezer Butler en Rare Breed y luego con Tony Iommi y Bill Ward en Polka Tulk Blues, la banda que luego se transformaría en Black Sabbath, marcando un antes y un después en la historia del rock pesado.

Apodado “El Príncipe de las Tinieblas”, Ozzy Osbourne se convirtió en un ícono cultural, protagonista de giras mundiales, discos históricos y un carisma único sobre el escenario. Su legado permanecerá como uno de los pilares del heavy metal y de la cultura rock a nivel global.