El uso de cigarrillos electrónicos entre adolescentes ha encendido las alarmas de pediatras y especialistas en salud pública. Aunque inicialmente se promocionaron como una alternativa menos dañina al tabaco, los vapeadores se han convertido en una puerta de entrada al consumo de nicotina y otras sustancias, especialmente entre los más jóvenes.
Según la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), los adolescentes que vapean presentan una mayor incidencia de tos, sibilancias, náuseas, vómitos, dolores de cabeza y mareos. Además, el aerosol inhalado puede contener sustancias químicas nocivas que afectan el desarrollo cerebral y la salud pulmonar.
Principales riesgos del vapeo en adolescentes:
- Adicción a la nicotina, que puede alterar el desarrollo cerebral.
- Problemas respiratorios como bronquitis crónica y dificultad para respirar.
- Mayor riesgo de ansiedad y depresión.
- Posibilidad de transición al consumo de cigarrillos tradicionales.
- Exposición a sustancias químicas potencialmente cancerígenas.

El atractivo de los sabores frutales y dulces, junto con el diseño discreto de los dispositivos, ha contribuido a la popularidad del vapeo entre los jóvenes. Estudios indican que más del 50% de los adolescentes han probado cigarrillos electrónicos, y muchos los consideran inofensivos.
Las autoridades sanitarias y educativas están intensificando las campañas de concienciación para informar sobre los peligros del vapeo. Se promueve la educación en escuelas y comunidades, así como la implementación de políticas que regulen la venta y el marketing de estos productos dirigidos a menores.
Es fundamental que padres, educadores y profesionales de la salud trabajen conjuntamente para prevenir el inicio del consumo de vapeadores en adolescentes y ofrecer apoyo a quienes buscan dejar esta práctica.