El receso parlamentario termina con una fuerte señal política: bloques opositores convocaron a una sesión especial para el próximo miércoles 6 de agosto, con un temario que incomoda al oficialismo. En la agenda figuran proyectos sensibles como el financiamiento universitario, la emergencia pediátrica del Hospital Garrahan y los pedidos provinciales sobre coparticipación.
La jugada está motorizada por Unión por la Patria, el radicalismo, Encuentro Federal y la Coalición Cívica. A través de una serie de iniciativas, buscan reinstalar en el Congreso temas que el Ejecutivo evitó tratar durante el primer semestre. La estrategia opositora apunta también a emplazar la comisión de Presupuesto para avanzar con iniciativas de los gobernadores, entre ellas la reforma del Impuesto a los Combustibles y la actualización de los Aportes del Tesoro Nacional.
Estos proyectos ya tienen media sanción del Senado, pero necesitan dictamen para llegar al recinto de Diputados. La oposición planea una sesión posterior, prevista para el 20 de agosto, en la que podría intentar sancionar esos cambios. De fondo, el reclamo de las provincias por fondos coparticipables crece, y Milei, que rechaza ceder en ese punto, se ve forzado a negociar en un terreno que lo incomoda políticamente.
El oficialismo argumenta que estas propuestas rompen con la meta de déficit cero. Sin embargo, hace apenas días, el Gobierno nacional aceptó una fuerte baja de recaudación al reducir las retenciones, lo que también impacta en las cuentas públicas. Esta contradicción alimenta el discurso opositor, que denuncia un doble estándar en las prioridades fiscales del Ejecutivo.
Además, el temario de la sesión incluye el rechazo a decretos de Federico Sturzenegger, la reactivación de la comisión investigadora sobre el escándalo de la criptomoneda LIBRA, y la insistencia con los vetos de Milei a leyes votadas por amplia mayoría, como la emergencia por inundaciones en Bahía Blanca. Todo indica que el Congreso se prepara para un segundo semestre de alta tensión institucional.