La decisión del gobierno nacional de cerrar dos sucursales del Correo en la región, las de Fernández Oro y Cervantes, está generando rechazos desde los representantes de ambas localidades. Mariano Lavín, ex intendente orense y actual titular del IPPV, cuestionó la medida, señalando que en Fernández Oro trabajan «tres empleados para atender más de 25.000 habitantes. ¿Les parece que sobra gente?».
Por su parte, la jefa comunal de Cervantes, Claudia Montanaro, expresó su preocupación, indicando que con esta medida su localidad queda desprovista de «un servicio fundamental, que además nos brindaba comodidad para realizar todo tipo de trámites».
La decisión fue comunicada a través de telegramas a los respectivos jefes de cada correo, lo que generó un clima de incertidumbre entre los trabajadores y la comunidad en general.
Lavín afirmó que «no podemos permitir el cierre del Correo Argentino en nuestra ciudad» y destacó que la sucursal de Fernández Oro brinda servicios esenciales a la comunidad, distribuyendo encomiendas, boletas de Edersa, realizando trámites como cartas certificadas, tarjetas de crédito, pasaportes, DNI, y recibiendo devoluciones de mercado libre.
Montanaro coincidió en que el cierre de la sucursal en Cervantes representa un retroceso y la pérdida de un servicio esencial para la comunidad. Advierte que esta medida podría ser el inicio de despidos masivos y retiros voluntarios en toda la provincia de Río Negro.
Ambos representantes locales coinciden en que el cierre de estas sucursales afectaría negativamente a sus comunidades, obligándolas a trasladarse a ciudades vecinas para realizar trámites y gestiones, lo que implicaría tiempo, dinero y desgaste para los vecinos.