La vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, escribió un posteo en la red social X en la que reconoció el valor de la Universidad de Buenos Aires para la educación y exigió una auditoría. «Quiero una UBA donde puedas hablar y pensar como quieras sin que te impongan la policía del pensamiento», afirmó.
El mensaje completo de Villarruel:
«Soy hija de la universidad pública. La que es reconocida en todo el mundo, la que formó a 3 premios Nobel argentinos en Ciencia y que es sinónimo de progreso como así también de movilidad social ascendente.
Estudié Derecho en la UBA y Seguridad en la UTN. El esfuerzo de millones de argentinos anónimos logró que miles como yo pudiéramos recibirnos en la Universidad Pública.
Ayer al ver la marcha multitudinaria, pensé en que está muy bien luchar por la Universidad pero de calidad, libre, y para todos, donde pienses y no te bochen por decir lo que pensás, donde puedas estudiar y no tengas que ver carteles del infame Che Guevara, Marx o las señoras de los pañuelos blancos que se enriquecieron los bolsillos con una tragedia.
Qué orgullo para los argentinos la universidad pública, pero qué tristeza que sea usada por los que pusieron de rodillas la educación, hablaron en inclusivo deformando el idioma, metieron el veneno de sus ideologías y justifican que los argentinos que no comen le paguen la universidad a extranjeros sin ningún apego a la Argentina que los cobija.
Ayer pensé en los miles de chicos que durante el gobierno de los K dejaron la escuela, no aprendieron nada, no saben sumar, escribir o restar y van a padecer la demagogia de un slogan que solo sirve para que cadáveres políticos como CFK, Massa, Tati Almeyda o Pérez Esquivel tengan 5 minutos más de fama a costa de los demás, como siempre fue.
Yo quiero una Universidad Pública que sea orgullo, no un tongo de estudiantes y adultos de izquierda, quiero una UBA donde puedas hablar y pensar como quieras sin que te impongan la policía del pensamiento.
Y principalmente quiero una UBA donde el dinero de todos los argentinos no sea malgastado para bancar los kioscos y la sed de sangre fresca de los parásitos de siempre.
La educación pública es un derecho, pero auditar y garantizar transparencia una obligación».