Rusia llevó a cabo este viernes el ataque aéreo más masivo desde el inicio de la guerra en febrero de 2022, bombardeando Kiev y otras seis regiones de Ucrania con más de 400 drones y 44 misiles, en una ofensiva que dejó al menos cuatro muertos y casi 50 heridos, según confirmaron autoridades ucranianas.
El asalto, que comenzó en la madrugada y se extendió durante varias horas, incluyó drones Shahed de fabricación iraní y misiles balísticos y de crucero. Fue interpretado como una respuesta directa a la “Operación Telaraña”, una ofensiva ucraniana reciente que dañó seriamente bases aéreas rusas y destruyó más de 40 aeronaves.
Ataque sin precedentes
Según el vocero de la Fuerza Aérea ucraniana, Yurii Ihnat, el sistema de defensa antiaérea logró interceptar alrededor de 200 drones y 30 misiles, pero varios lograron impactar objetivos civiles e infraestructura crítica.
En Kiev, tres trabajadores de emergencias murieron mientras asistían a la población bajo el fuego ruso. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, denunció el ataque como un «acto de terrorismo» y pidió a los aliados internacionales intensificar las sanciones y el apoyo militar.
Contexto político: Trump se aleja y Putin responde
La escalada ocurre horas después de que el expresidente estadounidense Donald Trump sugiriera públicamente dejar que Ucrania y Rusia «luchen por un tiempo» antes de retomar un proceso de paz. Este giro en su postura ha generado alarma entre diplomáticos europeos y en Kiev, que interpretan la declaración como un posible retiro de apoyo político a largo plazo.
Por su parte, el presidente ruso Vladimir Putin había prometido vengar los recientes ataques ucranianos a infraestructura estratégica. En una llamada con Trump, calificó esos operativos de «terroristas» y justificó su ofensiva como una respuesta «legítima» a la agresión ucraniana.
Sin avances en las negociaciones
Pese a dos rondas de negociaciones facilitadas por aliados de Washington y Ankara, las conversaciones de paz entre Moscú y Kiev siguen estancadas. Ucrania propuso recientemente una tregua incondicional de 30 días, pero no recibió respuesta oficial del Kremlin.
Desde el inicio de la guerra, más de 12.000 civiles han muerto, de acuerdo a datos de Naciones Unidas, en un conflicto que se ha transformado en uno de los más sangrientos y prolongados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.