A horas del traspaso de mando, Alberto Fernández brindó este viernes su último discurso como presidente. Lo hizo a través de cadena nacional, en la cual realizó un balance de su gestión, hizo algunas autocríticas y defendió la herencia que deja su gobierno con una recomendación a su sucesor. “No es razonable pensar en un ajuste”, dijo deslizando un pedido a Javier Milei, quien asumirá el próximo domingo.
El mensaje duró media hora, se grabó a las 11 de la mañana y fue escrito por el propio mandatario en colaboración de sus funcionarios Gabriela Cerruti, Julio Vitobello y Juan Manuel Olmos. Cuando este concluyó, el jefe de Estado saliente se emocionó y provocó el aplauso al unísono de todos los trabajadores que se encontraban en la sala.
El presidente comenzó su discurso haciendo mención a los 40 años del retorno de la democracia y al traspaso de mando que se llevará adelante en las próximas horas. “La generación que esperó aquel día con el dolor por quienes ya no estaban, con la fuerza de quienes habían resistido y la esperanza de lo que íbamos a construir, tal vez no podía imaginar que cuatro décadas más tarde estaríamos frente al traspaso institucional del gobierno de una fuerza política a otra de un símbolo diferente, ambas elegidas por el pueblo”, destacó.
Luego hizo hincapié en las dificultades que enfrentó su Gobierno en estos cuatro años -con énfasis en la pandemia, la guerra de Rusia y Ucrania y la sequía- y detalló la situación económica del país que le dejará el líder libertario, que fue electo el pasado 19 de noviembre en el balotaje y quien tomará el mando a partir de la semana próxima.
“El año entrante ingresarán, producto de nuestras exportaciones agrícolas y ganaderas, de nuestras exportaciones de gas y de litio, alrededor de 35.000 millones de dólares. Además, gracias al gasoducto que construimos, dejaremos de gastar 5.000 millones de dólares para importar gas licuado. De aquí hasta el 2030 las estimaciones marcan que las exportaciones sumadas de bienes y servicios crecerán el 80%”, dijo.