Esta semana, Nación estableció un nuevo aumento en el costo de abastecimiento de la energía, que es el precio de la electricidad que compran las distribuidoras para entregar a los usuarios.
Se trata de un tramo ajeno al control de las autoridades provinciales y que tendrá variaciones superiores al 500%. En esta oportunidad, también habrá cambios en los niveles de segmentación tarifaria, que es una división de los hogares en tres grupos a partir de los ingresos económicos familiares.
El presidente del Ente Provincial Regulador de la Electricidad (EPRE), Juan Justo, explicó que la variación en la tarifa final va a ser muy distinta de un hogar a otro porque no sólo se debe tener en cuenta su consumo sino que también hay que ver el nivel en el que cada usuario se encuentre dentro de lo que es la segmentación tarifaria.
La segmentación como tal viene del 2022 y separa a los usuarios en tres niveles: N1, que son familias de altos ingresos y que pagan el costo pleno de la energía; en N2 están incluidos los usuarios de bajos ingresos, que cuentan con tarifa social; y los N3, de ingresos medios, que tienen un tope de consumo subsidiado.
Esta vez el Gobierno nacional ha hecho algunos cambios bajando el umbral de consumo subsidiado para los usuarios de ingresos medios (N3), y estableció topes para los usuarios de bajos ingresos (N2) que anteriormente no existían. “Esta es una situación que se suma al impacto en la tarifa final, que tendrá aumentos del orden de los 50 a 90% en algunos casos, por lo que estamos viendo en los sectores medios y bajos de la segmentación. Sucede que cuando sobrepasan los límites fijados, empiezan a pagar tarifa plena”, explicó.