El riesgo país continúa por encima de los 770 puntos básicos y se convirtió en un nuevo obstáculo para el ingreso de divisas a la Argentina. A esto se suma el receso de verano en los Estados Unidos, que redujo la actividad en Wall Street y cerró la posibilidad inmediata de financiamiento externo para algunas provincias. Santa Fe, que tenía prevista una emisión de hasta USD 1.000 millones, decidió posponer la operación hasta que el contexto internacional sea más favorable.
La provincia ya contaba con el aval de su legislatura para buscar recursos a través de un bono emitido bajo legislación de Nueva York, destinado a obras de infraestructura. Sin embargo, la falta de aprobación en tiempo y forma por parte del Gobierno nacional y la coyuntura externa obligaron a modificar los planes. En Santa Fe apuntaban a conseguir condiciones de financiamiento más ventajosas que las obtenidas recientemente por Córdoba.
En el caso de Córdoba, la colocación fue por USD 725 millones, con una tasa anual del 9,75%, vencimiento en 2032 y esquema de amortización en tres pagos. Aunque Santa Fe pretendía negociar por debajo de ese interés, desde el sector financiero admiten que es difícil concretarlo con el riesgo país en los niveles actuales. En los próximos meses podrían sumarse otras jurisdicciones como CABA, Entre Ríos o Neuquén.
Ante el cierre de esta vía de ingreso de dólares, el Ministerio de Economía viene recurriendo a una estrategia alternativa: adquirir directamente las divisas provenientes de colocaciones provinciales y privadas. La semana pasada, el Tesoro nacional sumó otros USD 45 millones a las reservas del Banco Central, en un intento por cumplir con las metas de acumulación acordadas con el FMI.
Con un mercado internacional cada vez más exigente y limitado por factores externos, el ingreso de dólares frescos dependerá del equilibrio entre las condiciones de financiamiento, las decisiones del Gobierno nacional y el calendario electoral que ya empieza a condicionar los movimientos de inversores.