El mundo entero se une en el duelo por la partida del papa Francisco, y más de 150.000 fieles ya se acercaron al Vaticano para rendirle homenaje y despedirse del primer pontífice latinoamericano de la historia.
Desde el miércoles, su cuerpo fue expuesto en la Basílica de San Pedro, donde miles de personas formaron largas filas para dar su último adiós. El fuerte operativo de seguridad dispuesto por las autoridades incluye a más de 4.000 efectivos, una zona de exclusión aérea sobre Roma y medidas especiales ante la llegada de líderes religiosos y políticos de todo el mundo.
Este viernes se sellará el ataúd, en un acto íntimo, y el sábado se realizará el entierro del sumo pontífice en la Basílica de Santa María la Mayor, tras un cortejo fúnebre que recorrerá a paso solemne el corazón de Roma.
El cortejo fúnebre saldrá desde San Pedro del Vaticano y recorrerá aproximadamente seis kilómetros hasta llegar a Santa María la Mayor, en un trayecto cargado de simbolismo. La ruta elegida seguirá parcialmente el trazado de la antigua Via Papalis, la misma por la que los pontífices recién designados se trasladaban desde el Vaticano hasta la Basílica de San Juan de Letrán, catedral de la diócesis de Roma. Aquella procesión, heredera de los antiguos desfiles imperiales, constituía el primer acto oficial del papa como obispo de Roma.
Francisco, que marcó su pontificado por la cercanía con los más humildes, el diálogo interreligioso y una visión reformista, deja un legado profundo en millones de personas.
El Vaticano vivirá este fin de semana uno de los momentos más emotivos de los últimos tiempos, con la mirada del mundo puesta en la despedida de un papa que cambió la historia.
